La ciencia moderna habla de las vitaminas como si siempre hubiesen existido.
En realidad el término vitamina es relativamente nuevo. A principios del siglo XX un bioquímico suizo, Casimir Funk, inventó el término Vitamina, componiendo del latín vida y el término químico aminos. Así creó el concepto de vitaminas que pronto pasó a cobrar una significación por todos conocidos. Las vitamonas son elementos indispensables para la vida.
La mayor parte de las vitaminas son producidas por los propios animales en sus procesos de digestión. La absorción se realiza a lo largo de todo el ciclo, de forma que se absorben vitaminas por las mucosas de la boca, por el tracto digestivo y finalmente también se absorben vitaminas a lo largo de todo el tracto intestinal.
Felizmente inventado, el término vitaminas pronto se convirtió en un cajón de sastre en el que agrupar a todos los elementos bioquímicos esenciales para la vida. Se crearon grupos para poder separarlos según sus características químicas o por procesos comunes necesarios para su síntesis.
Los grupos de Vitaminas fueron repartiéndose en las diferentes letras del alfabeto. Así los principales grupos son el A, B, C, D, E. Dentro de cada grupo puede haber varios tipos. Quizás el más poblado de subtipos sea la vitamina B.
Además de la clasificación alfabética de las vitaminas hay otras formas de clasificarlas. Dependiendo si son hidrosolubles o no en agua las denominaremos liposolubles o hidrosolubles. Las liposolubles son las de los grupos A, D, E y K. Las hidrosolubles son normalmente coenzimas del grupo B, C y K.
Pero no todo lo que llamamos vitaminas lo son. O mejor dicho, no todo lo que llamamos vitaminas son aminos que ingerimos, si no que algunas vitaminas son en realidad hormonas que nuestro organismo genera cuando ingiere los componentes bioquímicos adecuados.
El mejor ejemplo de esta vitamina-hormona es la vitamina D. Para generarla es necesario que el organismo esté equilibrado bioquímicamente y esté expuesto a las suficientes horas de sol. Sólo con lo primero será muy difícil generar la vitamina D necesaria para tener un buen estado de salud.
Así que en todo caso las vitaminas tienen algo en común, que muy sagazmente detectó el Doctor Funk. Las vitaminas son indispensables para gozar de una buena salud.
Y aun estando todos de acuerdo con esa realidad la parte más difícil es conseguir que la población tenga buenos niveles de todas las vitaminas necesarias para la vida. Por ejemplo es conocido el problema de los vegetarianos para mantener sus niveles adecuados de vitamina B12. Así mismo las personas con problemas nutricionales presentarán muchos desequilibrios en grupos de vitaminas que complicarán cuadros de salud generales.
A la falta de vitaminas se la llama hipovitaminosis o avitaminosis. Pero no solo la carencia es problemática. El extremo contrario también es igualmente peligroso. Se denomina hipervitaminosis al exceso de vitaminas en el organismo. Este exceso de vitaminas puede generar problemas en el riñón, la tiroides u otros órganos o funciones principales.
La clave principal para corregir la avitaminosis es corregir la dieta y en su caso complementarla con los suplementos vitamínicos adecuados.
Para corregir la hipervitaminosis es necesario revisar los suplementos vitamínicos que se están tomando para reducir la dosis a niveles adecuados y valorar cambiarlos por otros suplementos de mayor calidad que no se almacenen tanto en el organismo.